Hijo:
Espantado de todo me refugio en tí.
Tengo fe en el mejoramiento humano, en la vida futura, en la utilidad de la virtud, y en tí.
Si alguien te dice que estas páginas se parecen a otras páginas, diles que te amo demasiado para profanarte así. Tal como aquí te pinto, tal te han visto mis ojos. Con esos arreos de gala te me has aparecido. Cuando he cesado de verte en una forma, he cesado de pintarte. Esos riachuelos han pasado por mi corazón.
¡Lleguen al tuyo!
Prólogo de Ismaelillo de Martí
"No existe una escuela que enseñe a vivir" dice una canción. Tampoco existe aquella que nos enseñe a ser madre ni a ser hijos. Se aprende siéndolo, con mil errores en el camino. Pero entre todas las cosas difíciles, nada me impide ver la gloria de tener a mi madre conmigo, de disfrutarla, de pelearme y reconciliarme, de contarle mis sueños más grandes y mis más terribles tristezas. De llorar en sus hombros como si fuera todavía chiquita y de reirme a carcajadas con alguna ocurrencia.
Tampoco tuve dicha más grande que esta de ser mamá. Dejé muchas cosas por hacer, al elegir quedarme con mis hijos. Los vi crecer en cada nuevo logro. Me di el gusto de mimarlos, de reirme y de llorar con ellos, de enojarnos, de emocionarme con sus palabras y sus gestos.
Y cuando todo se derrumba, no hay refugio mejor, como dijo Martí, que la luz de los ojos de estos tres seres que amo.
Feliz día a todas las mamis!!! Gracias hijos míos por permitirme ser tan feliz!!!