viernes, 23 de julio de 2010

¿Para qué me sirve la corbata?


En el colegio sacaron fotos de todos los cursos. Trajeron un fotógrafo de afuera y todo. Nos pidieron que fuéramos bien vestidos para las fotos. La maestra dice que en las fotos tenemos que salir lindos y arreglados porque son el recuerdo que nos va a quedar del colegio. Pero la verdad es que en el colegio estamos siempre sucios y desarreglados, así que no creo que esa foto nos sirva para recordar el colegio. Quizá la maestra espera que con los años, cuando seamos viejos, nos olvidemos de todo y al ver las fotos pensemos que todos los días íbamos vestidos así.

La cuestión es que a los varones nos hicieron poner corbata. Yo nunca antes me había puesto una, ¡son muy incómodas! Igual fue una buena idea, porque las fotos quedaron graciosísimas.

Al colorado, que es muy grandote, le puso la corbata la maestra y como al mismo tiempo estaba retando al gordo Aníbal, le hizo el nudo muy fuerte. Tan fuerte que el colorado se puso todo rojo. Pero a nadie le llamó la atención. Siempre está todo rojo. Pelufo, en la otra punta de la foto, tenía una corbata del hermano mayor que le llegaba hasta la rodilla. Peña tenía un moño en vez de corbata, él siempre quiere llamar la atención, y le cantábamos “el ñoño tiene moño...”, con una musiquita tipo del Caribe muy linda. La musiquita la inventó Bruno, es muy bueno para la música. Tiene mucho ritmo y con la lapicera y el pupitre hace una batería bárbara. Mamá me dijo que es porque es uruguayo y que todos los uruguayos tienen ritmo. Ella lo sabe porque antes de casarse tuvo un novio uruguayo, pero no puede hablar del tema porque papá se enoja.

Al que le quedaba increíble la corbata era al gordo Aníbal. La usaba con anteojos negros de sol y parecía un mafioso de esos de película. A la maestra sin embargo no le gustaba mucho. ¿Quién la entiende?

Pero vamos con la pregunta. Lo que todos nos preguntábamos era: ¿para qué sirve la corbata? En serio, piénsenlo.

“Para abrigar el cuello”, dijo Agustín. Pero todos estuvimos de acuerdo en que no puede ser, para eso ya está la bufanda, que es mucho mejor.

“Para usar el botón de arriba de las camisas”, dijo Pelufo. Y ahí nos preguntamos si será así o será que el botón está para poder usar la corbata. Lo que es como la pregunta de si vino primero el huevo o la gallina.

“Como adorno”, dijo Peña. Todos nos reímos: ¡si es horrible! No, como adorno no puede ser.

Por más que hablamos mucho del tema no encontramos cuál es la utilidad de la corbata. Igual fue un día divertido y la foto salió buenísima. Justo cuando el fotógrafo sacó la foto el colorado se desmayó por culpa de la corbata ajustada, y como estábamos en una grada y él estaba arriba de todo, al caerse tiró a todo el mundo.

En la foto se ve una montaña de gente una arriba de otra. Es muy graciosa, aunque la maestra se puso a llorar. Al colorado hubo que llevarlo al hospital.

Martín Blasco en http://www.imaginaria.com.ar/14/4/ficciones-blasco.htm
Ilustración Douglas Wrigth

(Con este cuento, M.Blasco obtuvo el segundo Premio en el Concurso Internacional de Cuentos para Niños de Imaginaria y EducaRed)

Este señor llamado Martín Blasco tiene el don de hacerme reír y llorar. Mientras leía este relato, se me venían imágenes de las discusiones con mi hijo acerca de este tema y el empeño que ponen las escuelas "en el pelo corto, la camisa adentro del pantalón y la corbata ajustada."
¡Cuánto mejor nos vendría que se encargaran de ser más humanos, más alegres y , por sobre todas las cosas, que se preocuparan por ver a los chicos más incentivados y felices!
Algún día, tal vez, tengamos esa suerte. Mientras tanto, seguiremos practicando nudos de corbatas...

sábado, 3 de julio de 2010

Mirada de Dragón



Aunque los dragones saben mucho, siempre tienen una mirada llena de asombro. Se asombran de las cosas que no conocen y de las cosas que conocen. A todo lo que conocen lo miran con ojos nuevos cada día y, si la mirada es nueva, las cosas son diferentes. Entonces se sorprenden de que haya tantas cosas nuevas en el mundo y les parece hermoso conocerlas.

—¡Qué hermosa flor! —dice un dragón negro.

—¡Muy hermosa! —contesta otro—. Es parecida a la que estaba ayer en este lugar.

—Sí, pero la que vimos ayer era cuando el sol estaba alto; ésta, con un sol de atardecer, me parece más hermosa.

—¡Qué hermosa flor! —dice el mismo dragón al amanecer del día siguiente.

—Sí —contesta el otro—. Muy parecida a otra que ya vimos. Pero con los rayos del sol del amanecer ésta es más linda.

Y vuelan hasta las montañas más altas, ésas donde las nieves están desde el primer día del mundo, contentos por haber descubierto una flor nueva. Entonces un dragón le dice al otro:

—¡Qué hermosa montaña! ¡Tiene toda la nieve del universo!

Y los dos sobrevuelan en grandes círculos el pico de esa montaña que acaban de descubrir y que ya sobrevolaron mil veces

Gustavo Roldan en http://www.imaginaria.com.ar/02/3/roldan4.htm