miércoles, 29 de julio de 2009

Homero

Hoy me crucé con este texto de Eduardo Galeano que me trasladó en el tiempo, a algunos años atrás.

Todavía guardo la sensación que sentí en aquellos primeros días de clase en el aula 1, hoy llamada Graciela Torres, en honor a una estudiante de Letras desaparecida durante la última dictadura, cuando nuestro profesor de Literatura Clásica nos adentraba al mundo Homero...

Comenzar por leer la Ilíada fue una verdadera Odisea. Si no salí huyendo en aquél entonces, sospecho que fue porque la literatura es mi primer amor y lo será hasta mi último día de vida.

Homero


No había nada ni nadie. Ni fantasmas había. No más que piedras mudas, y alguna que otra oveja buscando pasto entre las ruinas.


Pero el poeta ciego supo ver, allí, la gran ciudad que ya no era. La vio rodeada de murallas, alzada en la colina sobre la bahía; y escuchó los alaridos y los truenos de la guerra que la había arrasado.


Y la cantó.Fue la refundación de Troya. Troya nació de nuevo, parida por las palabras de Homero, cuatro siglos y medio después de su exterminio. Y la guerra de troya, condenada al olvido, pasó a ser la más famosa de todas las guerras.


Los historiadores dicen que esa fue una guerra comercial. Los troyanos habían cerrado el paso hacia el mar Negro, y lo cobraban caro. Los griegos aniquilaron Troya para abrirse camino al Oriente por el estrecho de los Dardanelos.Pero comerciales fueron todas, o casi todas las guerras que en el mundo han sido. ¿Por qué habría de hacerse digna de memoria una guerra tan poco original? Las piedras de Troya iban a convertirse en arena, y nada más que arena cumpliendo su destino natural, cuando Homero las vio y las escuchó.


Lo que él cantó, ¿fue pura imaginación?


¿Fue obra de la fantasía esa escuadra de mil doscientas naves lanzadas al rescate de Helena, la reina nacida de un huevo de cisne?


¿Inventó Homero eso de que Aquiles arrastró a su vecino Héctor, atado a un carro de caballos, y le dio varias vueltas alrededor de las murallas de la ciudad sitiada?


Y la historia de Afrodita envolviendo en un manto de niebla mágica cuando lo vio perdido, ¿no habrá sido delirio o borrachera?


¿Y Apolo guiando la flecha mortal hacia el talón de Aquiles?


¿Habrá sido Odiseo, alias Ulises,el creador del inmenso caballo de madera que engañó a los troyanos?


¿Qué tiene de verdad el final de Agamenón, el vencedor que regresó de esa guerra de diez años para que su mujer lo asesinara en el baño?


Esas mujeres y esos hombres, y esas diosas y esos dioses que tanto se nos parecen, celosos, vengativos, traidores, ¿existieron?


Quién sabe si existieron.


Lo único seguro es que existen.
Eduardo Galeano- Espejos

5 comentarios:

Pablo P. dijo...

che, y a vos cual te gusto mas? La iliada o la odisea? Yo no lei ninguna, por eso pregunto.

Evangelina dijo...

y existen, sí... en la invención del poeta (ese que ve más allá de sus ojos)
a mí me conmovió Héctor, precisamente... la dignidad y la valentía, sin mantos mágicos, ni afroditas caprichosas... solito y pequeño frente al pélida, arrogante y colérico.
a él debería haberle cantado...

Gaby dijo...

Pablin, son muy distintas las dos obras aunque se supone que son del mismo autor. La ilíada me resultó fascinante y la odisea me encantó! Así que no soy de mucha ayuda, je

Vange, a mí me parece que comienzan a existir con la invención del poeta y también con lo que cada lector hace de ellos.Y, sí, era una ternurita Héctor!

Clarice Baricco dijo...

Coindimos con el amor a la literatura y el gusto por Galeano. Me tocó estar en la presentación de Espejos.

Un placer tu casita.

Abrazos.


Graciela

Gaby dijo...

Graciela, bienvenida! Qué lindo conocer a don Eduardo! Lo admiro muchísimo y me encanta todo lo que escribe...Te espero cuando quieras!